El uso de fundas para muebles exteriores es una opción imprescindible para mantener la funcionalidad y estética de los muebles de jardín. Cada mueble exterior está fabricado con materiales muy diversos: madera, hierro, acero, aluminio… cada cual aporta unas ventajas y propiedades únicas en términos de dureza, resistencia, impermeabilidad… que, en mayor o menor medida, se debilitan con el paso de los años. 

Las fundas exteriores protegen los muebles de la exposición continua a factores climáticos adversos como la lluvia o el viento, favoreciendo así la durabilidad y el óptimo estado del mueble.

Cada uno de los bancos exteriores o mesas de jardín tienen un tamaño diferente por lo que para protegerlos con eficacia es imprescindible saber elegir las mejores fundas de jardín. Eso incluye el tamaño, el tipo de material y, sobre todo, sus mecanismos de ajuste frente a los agentes atmosféricos externos. 

Dentro de los accesorios de jardín, El poliéster es el material rey en la fabricación de fundas de muebles; su tela sintética evita el paso de las radiaciones UV mientras garantiza una alta protección impermeable. Sus propiedades transpirables lo hacen perfecto para la protección de materiales sensibles como la madera o la teca evitando así los excesos de humedad. Por su parte, las fundas de polietileno logran asilar en gran medida el agua y garantizan una buena resistencia a factores químicos, no obstante, su media resistencia a los efectos solares es su punto débil.